El inicio


Al final del siglo XIX se constata una recuperación del gallego como idioma literario, cultural e histórico; simultaneamente se patentiza un descenso en el nivel del uso oral. La lengua gallega no vive todavía una situación normalizada y eso provoca un retroceso en medios sociales -clases altas y medias- y en ámbitos geográficos -urbanos- concretos.

El contexto socio-político contrasta con la prolífica actividad cultural. La sociedad gallega de inicios del siglo XX seguía caracterizándose por la concentración del poder económico en sectores minoritarios, por un sistema agrícola todavía feudal y por una creciente emigración que iba vaciando el país.

Nacen asociaciones agrarias que canalizan las protestas sociales y alcanzan gran resonancia en el campesinado, como fue el caso de la Liga Agraria de Acción Gallega

La toma de conciencia de los campesinos, fomentada por su acceso a la propiedad de la tierra, unida a la evolución del galleguismo hacia el nacionalismo, provoca un salto cualitativo en la utilización de la lengua gallega. El nacionalismo está tan unido al idioma como esencia de identidad colectiva, que sus primeras manifestaciones las constituyen las Irmandades da Fala. Creadas para la defensa, dignificación y cultivo del idioma, la primera Irmandade da Fala se funda en A Coruña en 1916. La siguen otras repartidas por las principales ciudades y pueblos de Galicia (Ferrol, Ourense, Betanzos, Santiago,...) Para la divulgación de su ideario crearon un periódico de expresión totalmente en gallego: A Nosa Terra. Sus miembros más destacados fueron los hermanos Vilar Ponte, Losada Diéguez, Vicente Risco, Ramón Cabanillas, etc.

En 1918 celebran la I Asamblea Nazonalista Galega que tuvo como conclusiones la reivindicación de la autonomía integral, la oficialización de la lengua e inclusión de Galicia en la Sociedad de Naciones de Ginebra.

Las Irmandades promovieron la elaboración de diccionarios y gramáticas, estudios lingüísticos e reivindicaron la presencia del gallego en la Administración y en la enseñanza. Impulsan la actividad editorial en las principales ciudades gallegas: Céltiga en Ferrol, Lar en A Coruña, Alborada en Pontevedra, y muchas otras, además de frecuentes secciones en gallego en la prensa en castellano. En este contexto aparece la revista Nós, de la mano de V. Risco, Otero Pedrayo y Florentino Cuevillas, que conforman el conocido Grupo Nós. A ellos se une la figura de Alfonso Daniel Rodríguez Castelao.
  




Portada de la revista Nós.


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